El término cripto hace referencia al sistema criptográfico (codificación-encriptación matemática) utilizado para crear, almacenar y transferir la moneda digital.
Quizás la criptomenda mas conocida sea el Bitcoin, pero desde el lanzamiento de Bitcoin en 2009 han surgido multitud de monedas “derivadas” (fork) que actualmente superan la treintena. Algunas de ellas: Namecoin, PPcoin, Feathercoin, Litecoin y el reciente Primecoin.
Actualmente no existe la definición de criptomoneda en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. El diccionario de Oxford, incluyó la definición de su traducción en inglés (cryptocurrency) el pasado mes de mayo:
“Una moneda digital que emplea técnicas de cifrado para reglamentar la generación de unidades de moneda y verificar la transferencia de fondos, y que opera de forma independiente de un banco central”.
El diccionario de Cambridge, por su parte, ha definido con estos términos la palabra inglesa:
“Una moneda digital producida por una red pública en lugar de cualquier gobierno, que utiliza la criptografía para asegurar que los pagos se envían y reciben de forma segura.”
El periódico digital especializado en Bitcoin Coindesk define el término criptomoneda como:
“Una forma de moneda basada únicamente en las matemáticas. En lugar de la moneda fiduciaria, que se imprime, una criptomoneda se produce mediante la resolución de problemas matemáticos basados en criptografía.”
Wikipedia la define como: “Una criptomoneda es un medio de intercambio que utilizan la criptografía para asegurar las transacciones y controlar la creación de nuevas unidades.”
El origen de las criptomonedas viene del movimiento Cypherpunk, originado en la década de los 80, que aboga por el uso extendido de la criptografía como herramienta de cambio social y político. En 1990. David Chaun crea Digicash, un sistema centralizado de dinero electrónico que permitía transacciones más anónimas y seguras. En 1997, Adam Black propone Hashcash, un sistema basado en prueba de trabajo para limitar el spam y los ataques de denegación de servicio (DoS). En 2009, una persona o grupo de personas bajo el seudónimo Satoshi Nakamoto pública Bitcoin, la primera criptomoneda completamente descentralizada, utilizando una cadena de bloques (blockchain en inglés) con prueba de trabajo. Bitcoin utiliza el algoritmo SHA-256, una función hash criptográfica, como su esquema de prueba de trabajo (Proof-of-Work en inglés).
En la actualidad existen centenares de criptomonedas basadas en Bitcoin, aunque incorporan mayor o menor cantidad de variaciones respecto a la pionera. Las criptomonedas se subdividen a su vez en: altcoins, metacoins, appchains o appcoins.
La primera criptomoneda alternativa que surgió tras Bitcoin fue Namecoin. Nació en abril de 2011. Poco después, en octubre de 2011, nació Litecoin. Se diferencia de Bitcoin en que utiliza scrypt como su función hash SHA para prueba de trabajo, en lugar de SHA-256. Otra criptomoneda destacada es Peercoin (2012) que fue la primera en utilizar un híbrido de proof-of-work/proof-of-stake (prueba de trabajo / prueba de participación).
Las criptomonedas están respaldados por las matemáticas, lo que hace que no pueda ajustarse por un solo grupo o persona. Las criptomonedas no están vinculadas a la disponibilidad de los bienes físicos, como en el caso del oro.
En su origen las criptomonedas utilizan una red distribuida para permitir el pago P2P – Peer-to-Peer (entre pares, en español), un sistema de verificación de transacciones sin necesidad de terceros. Con el fin de mantener esta seguridad, las criptomonedas utilizan algoritmos matemáticos y un registro de contabilidad público (llamado blockchain, o cadena de bloques, en español) para así, asegurar que cada transacción que se realiza sea legítima y evitar el fraude.
La mayoría de las criptomonedas son de código abierto. Esto es fundamental, ya que es la única forma de que los usuarios puedan estar seguros de que los creadores no añadirán nada que les permitiría engañar al sistema. Cada criptomoneda tiene normalmente un grupo central de desarrolladores que pueden sumar, restar o modificar características.
Las criptomonedas están respaldados por las matemáticas, lo que hace que no pueda ajustarse por un solo grupo o persona. Las criptomonedas no están vinculadas a la disponibilidad de los bienes físicos, como en el caso del oro.
En su origen las criptomonedas utilizan una red distribuida para permitir el pago P2P – Peer-to-Peer (entre pares, en español), un sistema de verificación de transacciones sin necesidad de terceros. Con el fin de mantener esta seguridad, las criptomonedas utilizan algoritmos matemáticos y un registro de contabilidad público (llamado blockchain, o cadena de bloques, en español) para así, asegurar que cada transacción que se realiza sea legítima y evitar el fraude.
La mayoría de las criptomonedas son de código abierto. Esto es fundamental, ya que es la única forma de que los usuarios puedan estar seguros de que los creadores no añadirán nada que les permitiría engañar al sistema. Cada criptomoneda tiene normalmente un grupo central de desarrolladores que pueden sumar, restar o modificar características.