La erosión es un proceso natural causado por la acción climatológica: el agua, el viento y cambios de temperatura, en coincidencia con las características propias del lugar respecto al tipo de suelo, vegetación, ubicación y orografía. 

Ambas circunstancias permiten prever diferentes escenarios de erosión con distintos grados de gravedad que puede acelerarse en ocasiones dependiendo del uso que se dé al suelo. Procesos de erosión sin control pueden causar daños mayores a estructuras existentes y al medio ambiente y es por tanto de extrema importancia el darles un tratamiento adecuado. 

Los geosintéticos pueden ser usados en el control de erosión en casi cualquier circunstancia y son obras típicas las de protección de la erosión en taludes, sellado de vertederos, terraplenes de todo tipo en balsas, canales, vías de ferrocarril, carreteras, etc. , Recuperación de áreas degradas, Reforestación, Protección de márgenes de ríos o marinos.

La erosíon es un problema muy crítico que no unicamente integra un componente estético, sino otros factores más importantes como son los medioambientales y económicos. Los productos de la erosión son arrastrados y pueden terminar contaminando redes de drenaje y acuiferos. De mismo modo, los arrastres producto de la erosión se acumulan en cunetas y partes bajas de taludes, haciendo necesarias limpiezas y mantenimientos frecuentes que implican elevados costes asociados.