CASA ECOLOGICA
Construir una casa autosuficiente es posible, si bien todavía hay que superar obstáculos importantes, como el precio de los materiales, aunque también es cierto que hay proyectos exitosos que han utilizado materiales recicladosy recurrido a ingeniosos sistemas de producción energética más asequibles que los paneles solares o las turbinas de viento, pongamos por caso.
Una casa ecológica ha de construirse con materiales sostenibles. Si, además, deseamos que sea autosuficiente, es decir, que sea ecológica en un sentido más completo, ha de generar su propia energía, aprovechar el agua de lluvia y reutilizar tanto ésta como los residuos que, por descontado, también han de ser mínimos.
Gracias a una generación de energía y materia y de un uso inteligente que incluye unos hábitos eco-amigables, se intenta miminizar el gasto energético y de materiales, al tiempo que se logra un ahorro económico. Es decir, el objetivo es ganar en independencia y cuidar así nuestro bolsillo y también el planeta.
Aspectos a tener en cuenta
Puesto que no hay un modelo de casa autosuficiente, hemos de basarnos en una serie de principios claves que nos ayudarán a diseñar nuestro propio proyecto para conseguir la tan ansiada autosuficiencia o independencia energética e incluso alimentaria.
Salvo loables excepciones que hoy por hoy son anecdóticas, normalmente construir una vivienda ecológica y autosuficiente exige un mayor presupuesto , por lo que los costes se dispararán, aunque su amortización posterior hará más suave este primer golpe.
Por otro lado, si deseamos reducir el consumo de energía y también generarla, un objetivo común, habremos de decidir de qué modo vamos a hacerlo, recurriendo a unas u otras tecnologías en función de las características de la zona, según sea más o menos lluviosa, ventosa o soleada.
A su vez, la casa ha de estar aislada haciendo uso de materiales sostenibles, además de poder reforzarse este punto con la instalación de tejados verdes y jardines verticales en fachadas y también en el interior de la vivienda. Otro aspecto de vital importancia para el aprovechamiento de los recursos naturales que nos brinde la zona, y ello requiere la indagación de las posibilidades del entorno, pues podría haber pozos o manantiales naturales.
En este mismo sentido, la orientación de la casa y la disposición de las habitaciones también se decidirá en función de la climatología (más o menos viento, lluvias, temperaturas, etc.) y del recorrido solar durante todo el año.
En concreto, para saber cuál es el ángulo solar deberemos obtener la carta solar, un esquema sobre el recorrido del sol para conocer qué parte de la fachada va a recibir más y menos sol.
Una vez decidida la ubicación de la vivienda y su orientación, sería interesante hacer una distribución inteligente de ventanas, puertas, ventanales, porches, terrazas y demás elementos y materiales según se precise de un mayor o menor aislamiento en distintas zonas de la casa.
Si con estas estrategias logramos minimizar el uso de la calefacción y la refrigeración en el hogar habremos avanzado en el camino de la autosuficiencia. Mejorar nuestra meta, acercarnos a ella un poco más requerirá el uso de energías limpias para cubrir esas necesidades de climatización de la vivienda.
Las opciones son numerosas: energía solar fotovoltaica, geotérmica, eólica, calderas de biomasa, genrador de biocombustible, energía solar térmica… Cualquiera de ellas tendrá aplicaciones distintas, por lo que podemos obtener agua caliente y calefacción a la par o, por ejemplo, una refrigeración del ambiente y utilizar esa energía limpia como fuente que proporcione electricidad.
La cocina de biogas o solar también puede ser una excelente solución, pues utiliza fuentes renovables que pueden proceder de nuestro jardín o de biomasa natural de empresas que la comercializan, en cuyo caso se resentiría la pretendida autosuficiencia.
Depurar el agua, ya sea para hacerla apta para el consumo humano, para el riego, para reciclarla o reutilizarla una vez se ha utilizado admite distintas soluciones según su nivel de polución y usos.
Encontraremos buenos aliados en los barriles que recogen el agua de lluvia o incluso en grandes depósitos que permiten acumular grandes cantidades de agua, ideales para acumularla durante las temporadas de lluvia.
Sin embargo, conviene analizarla para garantizar su salubridad, y aún así puede ser necesario darle un tratamiento depurador. Del mismo modo, las aguas residuales precisarán de depuradoras biológicas que no precisan de electricidad. Lo ideal en estos casos es que el agua depurada sirva para su reutilización para el riego, lavar el coche o, por ejemplo, para el mantenimiento de estanques.
La importancia de los buenos hábitos
A la hora de utilizarla, de vivir en ella, lógicamente se habrá de hacer una vida acorde con las características ecológicas de la vivienda, por ejemplo siguiendo las tres erres de la sostenibilidad: reducir, reciclar y reutilizar para maximizar la eficiencia de la tecnología, la utilidad de los residuos, por ejemplo transformándolos en abono o depurando aguas residuales.
También hará una gran diferencia en este sentido reducir el consumismo, cultivar un huerto bio o, claro está, utilizar al máximo las energías renovables. Y no sólo mediante células fotovoltáicas o turbinas de viento, sino por ejemplo aprovechando las horas de luz, el viento para secar la ropa o la biomasa para cocinar o para la calefacción.
Por lo tanto, a la hora de construir una casa ecológica y autosuficiente es fundamental tener en cuenta nuestro estilo de vida, preferencias y posibilidades reales de que la casa finalmente pueda culminar su objetivo de independencia energética y autosuficiencia en el día a día.