BIG DATA
Dijo Andreas Weigend: “Nuestros datos son el nuevo petróleo”. Hace poco años, se disponía de información limitada, a través de enciclopedias y otros libros. Hoy día, gracias a internet, disponemos de toda la información deseada con solo un clic.
En tan solo pocos años la tecnología y la información disponible ha crecido a un ritmo exponencial, y sigue creciendo..
Existen empresas dedicadas al estudio del comportamiento de los usuarios en las redes sociales, analizan sus publicaciones, comentarios y likes para predecir qué hará el usuario y adelantarse a los acontecimientos.
¿Has entrado en Amazon a por un producto en concreto y la publicidad de Amazon se te ha adelantado y ya sabia que lo ibas a buscar?
Cualquier usuario de Facebook, Twitter, Instagram o LinkedIn cede de manera voluntaria su nombre y apellidos, fotos y otras informaciones directa que subes de manera voluntaria. Cuando tu publicas en una red social, sabes que todo eso pasa a ser propiedad de la red y se vuelve público. Lo cual, la misma red social utiliza para venderte algo a través de publicidad.
Por otro lado, las empresas analistas de datos pueden sacar otra información indirecta que pueden deducir de las publicaciones que subes. Como por ejemplo, cuando subes una foto, la ropa que llevas, al estar a la venta en Internet, podemos averiguar cuanto vale, y con ello conocer dinero que una persona se gasta en ropa.
Igualmente cuando viajo. Las redes sociales saben donde vivo, por lo que cuando me voy a Cancún saben que estoy de vacaciones, y pueden calcular cuánto me ha costado el viaje.
Con todo eso, Facebook puede hasta conocer y deducir cual es mi sueldo, calculando lo que solemos gastar y viendo en LinkedIn el puesto de trabajo.
Y no solo con lo económico. Las redes sociales pueden establecer de qué partido político somos, si somos religiosos, y mucho más.
El precio de nuestros datos
Al existir tantos datos y tantas huellas digitales de todo el mundo, las empresas se disputan por conocer a sus clientes y conseguir la mayor información posible de cada uno, a fin de ofrecer mejores servicios y productos mas adaptados a nuestras necesidades, o simplemente vender más gracias a esos conocimientos. Aparte de las administraciones publicas y otros organismos que así mismo sacan provecho de este fenómeno.
A causa de la gran demanda que hay entre las empresas y organismos, nuestros datos valen dinero. Estas están dispuestas a pagar por bases de datos y por nuestra información.
Y nosotros como usuarios ¿Por cuánto estaríamos dispuestos a vender nuestra información a cualquiera?
El precio por romper nuestra privacidad. Tus fotos, tu localización GPS, historial de cuenta bancaria, historiales médicos, y contraseñas (lo más valorado por los usuarios)
Conclusiones
- Nosotros como usuarios desconocemos el valor de nuestros datos e información personal.
- Empresas y organizaciones pagan y usan esos datos para beneficio propio y de la sociedad en general, cumpliendo la ley de protección de datos, las cuales varían según el país.